La pregunta del millón en el mundo del interiorismo: ¿cómo mezclar estilos decorativos sin terminar viviendo en el caos visual? Sí que es verdad que salir de lo convencional es un riesgo, puede dar miedo, pero si las amalgamas son realizadas de manera inteligente, sin duda aportarán más personalidad e interés que una habitación que parece sacada de una revista.
Aunque el objetivo es diseñar espacios que cuenten tu historia, recordemos que somos seres complejos y es posible que nos identifiquemos con más de un estilo y tal vez nuestros gustos no coincidan con los del resto de habitantes del hogar. Por eso, necesitamos espacios ricos en matices.
Pero, al contrario de lo que dicta uno de los tantos mitos en el interiorismo, las mezclas de estilos no implica sacrificar la unidad, si estamos dispuestos a seguir estas tres sencillas reglas. ¡Toma nota!
1. Proporción 80/20
Para combinar dos o tres estilos diferentes con éxito, es fundamental establecer una proporción armónica, y la mejor manera de lograrlo es aplicando el Principio de Pareto a cada habitación del hogar.
- El 80% del espacio deberá ser ocupado por el estilo deco principal, a través de la platea de colores, el mobiliario y la iluminación.
- El 20% se complementará con los papeles secundarios (no más de dos estilos) con los accesorios y detalles que atrapan la vista.
Pero si todavía no tienes claro cuáles son los estilos que mejor reflejan tu personalidad, te invitamos a seguir nuestra guía de 5 pasos para encontrarlos: Cómo saber tu estilo de decoración en 5 pasos.
2. Cómo mezclar estilos decorativos: no pierdas el equilibrio
Una vez que tenemos a nuestro estilo deco protagonista y secundario, es importante encontrar el equilibrio del peso visual entre ellos. Sigue estas pautas para crear una sensación de conjunto:
- Considera la altura y el volumen de cada pieza, cuidando las proporciones entre los muebles que componen la estancia.
- Crea dinamismo, a través de los contrastes, empezando con la base de neutros para luego jugar con los detalles más interesantes.
- Escucha a tu sentido común. Arriésgate al nivel que mejor vaya contigo, combinando formas, estampados y texturas diferentes hasta lograr la decoración más auténtica y personal.
3. Encuentra el hilo conductor
Como hemos dicho, la decoración es un medio de contar historias, así que necesitamos establecer un hilo que nos ayude a darle sentido a la narrativa. Puedes comprobarlo con este ejercicio: tómate un momento para mirar la habitación donde estás ahora, ¿es fácil de identificar el detalle que une a los elementos decorativos?
Si la respuesta es “NO”, ¡hay trabajo por hacer!
El primer paso es encontrar características similares entre las piezas de mobiliario y accesorios, de tal manera que el color, tamaño, textura o material se convierta en el vínculo que nos permita crear una colección con mayor impacto, manteniendo la armonía visual. Solo ten cuidado de evitar los excesos, sobre todo en espacios pequeños que se pueden saturar fácilmente.
En conclusión, ¡piérdele el miedo a las mezclas!
¿Alguna vez has dejado de incluir una pieza especial en tu decoración por no “casar” bien con el estilo predominante de la estancia? Con estas tres reglas podemos desmentir el mito que nos deja experimentar con combinaciones interesantes. Así que, solo queda dar rienda suelta a tu creatividad, poniéndolas en práctica como todo un profesional.
Pero, si no te quieres arriesgar con el juego de ensayo-error, aunque ya sepas cómo mezclar estilos decorativos, no dudes en contactarnos. El equipo de ZB Interiorismo estará encantado de ser parte de tu proyecto, acompañándote en cada paso hasta dar con el ambiente de tus sueños.
También puedes echar mano de los decotips que compartimos en redes sociales para seguir embelleciendo tu hogar, dejando atrás los ambientes monótonos y sin vida.